miércoles, abril 10, 2013

Sensaciones de Carlos Reymán Güera ante El ladrón de peras.

Dice Carlos Reymán Güera:

Avisaba Aleixandre de que no se ha leído si no se ha releído, cosa casi cierta que admite matices y también subrayados propios como en el caso de este libro de Felipe Zapico, que he releido, desde luego, pero por deslumbramiento.
El ladrón de peras es un libro de poemas que admite todos los lugares comunes de la crítica literaria, no por detestable menos cierta: es un libro necesario, es poesía de alto voltaje, hay un mundo poético propio de gran hondura, nos hallamos ante un poeta con voz propia, la contención de la intensidad lírica deja los poemas a la altura justa de la emoción necesaria, etc., etc. Todo cierto pero claramente insuficiente para nuestra experiencia de lectores agradecidos con la compañía de este hombre solo que nos mira el mundo para decírnoslo, que encuentra en la palabra los reductos últimos de una libertad en fuga, perseguida, sacrificada, que grita su canción política de belleza que nos deja una dimensión de las cosas justamente humana, como una temperatura de personas que se cobijan unas a otras.
En mi dedicatoria, me imagino que como a todos, Zapico escribió, "espero que te guste", y eso es básicamente lo que quería decir aquí, que sí, que me ha gustado mucho tu libro y que te lo agradezco

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