lunes, junio 29, 2015

Arrozal y banderines






Un hombre recorre el arrozal
arrastrando un enorme apero
sobre ruedas de bicicleta
mientras
chapotea en el agua
removiendo el barro germinal;
cientos de mariposas blancas se alborotan a su paso
y las primeras libélulas revolotean
confusas.
En la ciudad tórrida
un arrimado afila
la cheira en el granito del alfeizar
tras atarla a un palo de escoba
corta las cuerdas de las
que pendían farolillos
guirnaldas
y
otros banderines.
Cuelgan restos de bramantes blancos
rastrojo de anhelos e ilusiones.




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