Acabo de ver, por fin, la Edad de la ignorancia de mi admirado Denys Arcand. Uno de los graves problemas de vivir en las periferias, y digo periferias porque vivo en tres, es que el cine de verdad prácticamente no se proyecta en estos lugares.
Acabo de ver la película, y desde su tratamiento del guión -qué magnífico guionista es Arcand- hasta la imagen, las actuaciones, todo es soberbio, la ópera, las alucinaciones, la soledad, la agonía de la moral de la ética, el cretinismo, lo políticamente correcto, los formalismos. El final es tranquilo, apaciguado, frente a un lienzo de agua, viento, cielos y montañas. Pelando manzanas.
Otras tres películas me han encantado de Arcand, Jesús de Montreal, El declive del imperio americano (tan importante en mi vida, ¡¡¡cuanto me marcó¡¡¡¡), y la más reciente La invasiones bárbaras.
No conozco cronista, ya sea escrito, pintado o cantado, que nos muestre la sociedad que padecemos y de la que formamos parte, más aguda, certera, mordazmente.
Si no lo conoces. Búscalo
Acabo de ver la película, y desde su tratamiento del guión -qué magnífico guionista es Arcand- hasta la imagen, las actuaciones, todo es soberbio, la ópera, las alucinaciones, la soledad, la agonía de la moral de la ética, el cretinismo, lo políticamente correcto, los formalismos. El final es tranquilo, apaciguado, frente a un lienzo de agua, viento, cielos y montañas. Pelando manzanas.
Otras tres películas me han encantado de Arcand, Jesús de Montreal, El declive del imperio americano (tan importante en mi vida, ¡¡¡cuanto me marcó¡¡¡¡), y la más reciente La invasiones bárbaras.
No conozco cronista, ya sea escrito, pintado o cantado, que nos muestre la sociedad que padecemos y de la que formamos parte, más aguda, certera, mordazmente.
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