lunes, julio 13, 2009

Tito Andórnico y Tinto de Verano


Esto podría titularse también, de cómo pasar un sábado de julio, o de viajar en familia y uno más, o de vamos de excursión (todo ello me recuerda a las portadas alternativas de El Jueves).
Pues bien, coja usted a toda la prole y pernocte en Badajoz, que también existe aunque no haya sabido hacer una promoción victimística como Teruel o Soria.
Lo mejor de Badajoz, siempre lo he dicho es Portugal, pasas a Elvas y el la Pastelario A Paloma, puedes darte u bue homenajes matutino, a base de torradas, pastelitos de natas, otros pasteles, y alguna empanada salada, la de pollo por ejemplo.
Mientras se hace la digestión se puede poner rumbo al oeste con parada urgente en Estremoz, en su magna plaza donde se celebra el mercado semanal, paralelos los puestos de alimentos y los de antiguedades, baratijas y otras cosas. El mejor el que desde su carriña vende grandes trozos de cal, que se pesan en una báscula enorme. Por cierto me quedé con las ganas de comprar un LP de Neil Young por 5 euros.
Después de ver con parsiminia todos los puestos de nuevo en ruta hacia el oeste, el Atlántico, las tierras del Sado, Alcaçer do Sal, Comporta, Carvalhal. Arrozales, cigüeñas, dunas, pinos, alcornoques, y una playa inmensa, con principio allá lejos en Troia pero sin final, y si lo tiene estará allí por Sines.
Copiosa y estupenda comida en O Dinis, recomendable todo el pescado y la sangría de vino blanco.
Rápida vuelta a Badajoz a ponerse guapos y corriendo, corriendo (esto es deprisa, deprisa pero sin asaltar bancos) a Mérida a Tito Andrínico, no hay donde aparcar, los putos municipales han convertido en una gymcana infernal el acercarse al teatro.
Finalmente, envueltos en sudor llegamos a nuetras localidades, después de pasar por el vomiturium.
Nos piden que apagemos los teléfonos y que no se puede hacer fotos, con flash y sin flash, ya empezamos a tocar los huevos.
La obra está bien, los actores muy bien, Alberto San Juan (por quien tengo debilidad) estupendo, pero me quedo con los músicos Aurora Arévalo y Raúl Miguel, que además de tocar hacen papelitos, vamos les matan y eso.
Esta obra el larga, y tiene intermedio, buscamos afanosos algún bocadillo que llevarnos a la boca, secos, chungos, pero los comemos.
Una vez muerto todo el mundo, que es de lo que se trata, allá a las 2,09 se termina la representación, aplaudimos y volvemos a aplaudir y los actores se corren de gusto, y saludan y vuelven a saludar.
En una hora estoy durmiendo como un tronco, hasta las seis cuando la policía local intenta cerrar el bar de debajo de casa, que no hace más que tocar los huevos. Amparo dice que esto es un karma mio por haber molestado tanto desde los bares en mis años mozos, seguramente en esto también tenga razón.
Ah, tinto de verano, porque es lo que acabo de tomarme para coger impulso para escribir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Colecciono "pastelarias" lusitanas...la nostalgia no podía faltar en el paladar. Habrá que conocer "A Paloma"

Narciso el valvulista dijo...

Pues nada, que no se escape.