Hace más de un mes que asistí a la presentación, puesta de largo, degustación de la última novela de mi querido amigo, y casi condiscípulo, Esteban Gutiérrez Gómez. Hace más de un mes y hasta hace dos días no he podido leerla- en mis lecturas llevo un caos calculado y acumulado del que creo que ya nunca podré salir - y después de demasiadas malas novelas (y gordas para más inri) me metí con La enfermedad del lado izquierdo. A primera vista se ve claramente que no es una novela gorda, aunque al leerla se aprecia muy sustanciosa.
Desde el índice llevamos una especie de guía de lectura que nos lleva desde el Morbus a la túnica azafrán, o por decirlo de otra manera desde el cuaderno de pasta de hule azul, al Medeor (que el traductor del google dice que es Cure, pero de esos músicos hoy no toca hablar).
Un cuaderno azul, del color donde ciertos presidentes apuntan y desapuntan a sus ministros, un cuaderno de hule, con instrucciones, delirios, mortajas y enfermedad a destajo.
Un trabajo cabrón y de cabrón, hasta que la cosa revienta, o medio revienta, y la cosa judicial se enquista y por algo tenemos ahí el Proceso, y por eso me parece una delicia la descripción de razas y nacionalidades que habitan en el cuchitril, donde se encuentra lo mejor del mundo mundial, porque allí está todo el mundo...sean angoleños, o senegaleses, o cameruneses, o nigerianos, o lo que fuesen.
Y hay otra oportunidad, casi siempre hay otra oportunidad, si quieres la aprovechas, si quieres no.
Se cierra el círculo y tras pasar o pasarse a África, encontrar a sus hijos deconstruidos, las siete cimas se ven desde el salón, casi, casi sin ponerse de puntillas.
Pues esto es lo que puedo decir, y lo que digo. Desde luego la mejor novela que he leído últimamente (la verdad que no he tenido mucho tino). Así que si quieres leer profundo, pero ligero de equipaje, redondo pero no previsible, pilla ya este libro.
Ah, claro si esperas que hable de estilo, metáforas, metonimias y arritmias...pues no tengo ni idea, y Lázaro Carreter creo que ya ha fallecido hace tiempo. Pero si buscas un poco seguro que alguien habla de esas cosas.
Por si acaso que me ha gustado, me he divertido, he pensado (eso es lo peor quiero libro que no me hagan pensar),y que lo compres ya.
Ahora debería ir la crónica de la presentación que nunca llegué a escribir devorado por los sucesos de mayo, así que os dejo alguna foto y punto.
Y como homenaje a nuestro común y admirado Xen no puedo dejar de manifestar que esa noche nos quisieron envenar en los Diablos Azules con una supuesta cerveza, titulada Brabante, posiblemente la peor cerveza del mundo. Además de escuchar a los otros poetas tienes que beber ese brebaje, se vive mucho mejor en provincias. (El homenaje a Xen es porque nos contrabandeó unas buenas Mahous).
P.S. Después de todo lo dicho, Esteban que lo entiendo todo muy bien, porque yo tengo una enfermedad semejante...pero en el lado derecho (ya te contaré).
Desde el índice llevamos una especie de guía de lectura que nos lleva desde el Morbus a la túnica azafrán, o por decirlo de otra manera desde el cuaderno de pasta de hule azul, al Medeor (que el traductor del google dice que es Cure, pero de esos músicos hoy no toca hablar).
Un cuaderno azul, del color donde ciertos presidentes apuntan y desapuntan a sus ministros, un cuaderno de hule, con instrucciones, delirios, mortajas y enfermedad a destajo.
Un trabajo cabrón y de cabrón, hasta que la cosa revienta, o medio revienta, y la cosa judicial se enquista y por algo tenemos ahí el Proceso, y por eso me parece una delicia la descripción de razas y nacionalidades que habitan en el cuchitril, donde se encuentra lo mejor del mundo mundial, porque allí está todo el mundo...sean angoleños, o senegaleses, o cameruneses, o nigerianos, o lo que fuesen.
Y hay otra oportunidad, casi siempre hay otra oportunidad, si quieres la aprovechas, si quieres no.
Se cierra el círculo y tras pasar o pasarse a África, encontrar a sus hijos deconstruidos, las siete cimas se ven desde el salón, casi, casi sin ponerse de puntillas.
Pues esto es lo que puedo decir, y lo que digo. Desde luego la mejor novela que he leído últimamente (la verdad que no he tenido mucho tino). Así que si quieres leer profundo, pero ligero de equipaje, redondo pero no previsible, pilla ya este libro.
Ah, claro si esperas que hable de estilo, metáforas, metonimias y arritmias...pues no tengo ni idea, y Lázaro Carreter creo que ya ha fallecido hace tiempo. Pero si buscas un poco seguro que alguien habla de esas cosas.
Por si acaso que me ha gustado, me he divertido, he pensado (eso es lo peor quiero libro que no me hagan pensar),y que lo compres ya.
Ahora debería ir la crónica de la presentación que nunca llegué a escribir devorado por los sucesos de mayo, así que os dejo alguna foto y punto.
Y como homenaje a nuestro común y admirado Xen no puedo dejar de manifestar que esa noche nos quisieron envenar en los Diablos Azules con una supuesta cerveza, titulada Brabante, posiblemente la peor cerveza del mundo. Además de escuchar a los otros poetas tienes que beber ese brebaje, se vive mucho mejor en provincias. (El homenaje a Xen es porque nos contrabandeó unas buenas Mahous).
P.S. Después de todo lo dicho, Esteban que lo entiendo todo muy bien, porque yo tengo una enfermedad semejante...pero en el lado derecho (ya te contaré).
1 comentario:
Bueno, que o me prestas la novela cuando vengas (con vuelta) o me pillas una (a cobro revertido, cuando vengas), que me han entrado muchas muchas ganas de leerla... y que me topé con un xen feliz el otro día en la dulzaina, y me encantó verle así, que lo sepas, querido...
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