Balances Parciales. Sensaciones de José Luis Moreno Ruiz

He leído de un tirón "Balances parciales", de Felipe Zapico Alonso, nuestro Narciso el Valvulista.
Me ha gustado más aún que "Litro de versos". Lo que en "Litro de versos" eran latigazos fúlgidos, de esos que rompen las farolas para mejor alumbramiento del restallar tan laminador como iluminador, en "Balances parciales" es lo que, en mi opinión (in my opinion), ha de tener la poesía para que sea algo más que la expresión de unas experiencias, a menudo puede que importantes para el que las tiene, pero nada interesantes para el que las lee: reflexión, conocimiento: sabiduría del desvivirse viviendo conscientemente.
No lo digo porque sea del Valvulista, pero "Balances parciales" me parece un poemario importante.
Podría destacar un montón de poemas, acaso el libro entero (muy bien editado, además, y con unas ilustraciones de Javier Zabala tan ajustadas como bien medidas y buenas, declaradamente buenas); podría, digo, destacar un montón de poemas, pero valgan estos versos para dar una idea de la grandeza del poemario:

"Estalló un vaso a nuestros pies

dos bofetadas sirvieron para educarle

las mujeres me admiraron esa noche

pero durmieron con los hombres

que se habían quedado quietos

muy quietos".

Bueno, ahí tienen una vez más al pobre y triste Ulises, nunca tan bien revisitado como en estos versos.

Sí, no me resisto a citar este poema:

"Lentes ahumados

esperando la próxima estación

ojos abarrotados

de miradas caídas

y el esperma aprieta pero no ahoga,

cuando la niebla amarilla

me preocupa menos

que deshacerme de ti

que mientes verdades nocturnas.

El alba nublado

traerá la reparación".

¿Alguien dijo alguna vez que no se puede hacer poesía sin entelequias, que no se puede hacer poesía testimonial de los poros de la piel abiertos no por la temperatura ambiente (también lo llaman emoción) sino por el pensamiento?

Pues ahí lo tienen.

José Luis Moreno Ruiz.