"La primera por la izquierda alude precisamente a esa circunstancia. Aunque lleva el nombre de San Andrés, acoge el retable de San Narciso, un obispo gerundense martirizado en el siglo IV por los romanos y enterrado en la iglesia de San Feliu, cerca de la catedral, cuyo sepulcro fue profanado por los franceses durante la invasión de 1258, dando lugar a a una tradición que ha pasado a la historiografía española: como castigo a su sacrilegio, San Narciso mandó sobre los franceses una plaga de extrañas moscas que, saliendo de su sepulcro, atacaron a aquéllos y a sus caballos causándoles una enorme mortandad y obligando a los supervivientes a huir del país. El milagro de las moscas, como pasó a llamarse popularmente, se representa en muchos lugares, entre otros en esta capilla, sobre un lienzo que acompaña al espectacular retablo cuya hornacina central preside el santo de las moscas, como también se le llama popularmente, por esa causa, al bueno de San Narciso."
Julio Llamazares. Las rosas de piedra.
Julio Llamazares. Las rosas de piedra.
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