El enemigo
He conocido al enemigo
mientras yo tomaba un nº3
ellos tragaban bocadillos
a dentelladas manifiestas
engullían sin
pausa
ni perdón.
Lo peor llegó cuando tuvieron
sus bocas vacías
y empezaron
a engullir obreros
a
lanzar dentelladas
a la huelga
a todos los trabajadores
a los funcionarios por supuesto
a todo lo que se movía.
Después recogieron La Gaceta de la mesa
se abrazaron en el parking
y montaron en sus todo terrenos
atestados de esquís
y se fueron dispuestos
a despedir
a finiquitar
a ererizar
a machacar
a
cuantos obreros
aparecesiesen ante ellos
el lunes.
Sentí enormemente carecer de un buen
kalashnikov a mano.
Pero me he quedado con sus caras.
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