Maletero
En
el maletero
llevo
un megáfono
que
esparce
palabras
de todos los colores
y me
lo regaló mi amor.
Llevo
también algunos de mis libros
por
si algún loco
los
necesita
al
pronto
para
no volver a la cordura.
Dos
o tres sprays
tres
plantillas
pegatinas
un
pasamontañas
botas
de escalada
dos
bastones telescópicos
una
cacha
con punta de hierro
un
paraguas
dos
triángulos reflectantes
un
chubasquero
una
caja de bombillas rotas
piedras
de cien playas
y
todo lo que olvido
en
breve
dejaré aquí
las
raquetas de nieve
y
claro
una caja
con
cadenas
que
espero no tener que poner
llevo
también
la
linterna frontal
por
si tengo que despertar
a
algún
auditorio dormido y hundido
por
el materialismo dialéctico.
También hay por allí
un
sombrero
de
paja
pero
está ya bastante abollado.
Y
todo esto sorprende enormemente
a
los
picoletos
a
cada
registro
sobre
todo
siempre
sospechan
de
los
libros.
1 comentario:
Los libros siempre son sopechosos porque expanden endorfinas y ahy quien tiene dormidos los instintos.
Besos, me ha encantado.
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